"Si fuéramos los únicos en este Universo,
sería un gran desperdicio de espacio"
Carl Sagan
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FOTO: ISAI ALVARADO. |
Eso es lo bello de las
fotografías, parecen detener el tiempo, congelarlo, muchas veces quisiéramos poder
hacerlo, siempre miro la imagen y me parece que se trata de una especie de mal
augurio, una calle tan transitada como lo es 27 de Febrero, justo en ese
momento, estaba casi en calma, pocos autos en movimiento, poca gente en las
banquetas, una camioneta a lo lejos y un
autobús detrás en el arroyo vehicular que en ese momento está casi seco, de
autos.
Y qué decir de la luz,
seguramente es de tarde, el sol está cayendo, me lo dice la sombra del auto, y
esa lámpara solitaria que compite contra la poca luz que asoma al horizonte,
los autos a los costados de las banquetas testigos inmóviles que lo que vino
después.
Muchos dirán que estoy loco pero
podría jurar que la calle en ese momento presentía todo, luce triste, su sexto
sentido le indicaba que pasaría, es posible que hasta un tufo premonitorio a la
muerte le causara nauseas provocando uno que otro bache en su geografía de piel
asfaltada.
Aquí es donde compruebo que la
sabiduría popular es infalible cuando se trata de la utilización de sus dichos,
porque si bien después de la tormenta
viene la calma, esta imagen ejemplifica que antes de la misma, la calma está
presente también, como esperando a ser descubierta, delatada e interpretada por quien la
pueda descubrir, lo suficientemente a tiempo como para librarse de los sucesos
que le preceden.
Yo no la supe interpretar, la
calma, y cuando revisaba en mi cámara digital la foto que acaba de tomar sentí
en las plantas de mis pies un temblor que se comenzaba a incrementar con forme
pasaban los segundos, miré en todas direcciones como buscando a alguien que me
confirmara lo que era evidente, estaba temblando, las alarmas de los carros comenzaron
a sonar sin control, los cristales de las vitrinas en las tiendas se
fracturaban ante la fuerza de las vibraciones, y luego un silbido que fue
creciendo en intensidad, busqué de dónde provenía solo para descubrir un
artefacto volador envuelto en llamas que perdiendo su batalla contra la
gravedad iba dejando una estela de humo para luego impactarse con fuerza descomunal
justo en el punto donde se cruzaban las calles 27 de Febrero e Independencia de
la Col. Centro, la energía liberada por el impacto de aquel artefacto volador con la
casona que estaba en esa esquina me proyectó algunos metros, me golpee la
cabeza, no sé cuánto tiempo estuve inconsciente, solo recuerdo que mi primer
pensamiento al abrir los ojos fue el de tomar una foto, mi cámara estaba
desecha, entonces busque la de mi celular, este se había apagado, maldije los
aparatos digitales, añoré las cámaras análogas, pero tiempo después se supo que
ningún aparato electrónico funcionó a 10 km a la redonda ese día desde la hora
del “accidente”, los curiosos más valientes comenzaban a arremolinarse en torno
a lo que parecía ser un OVNI, un
vagabundo que deambulaba siempre por la zona comenzó a gritar que quería que se
lo llevaran con ellos, los presuntos visitantes del espacio, y cuando tocó
parte de los restos fue desintegrado, luces extrañas salían a amanera de rayos,
como en las películas, me oculté como puede, entendí eso como una manera de
eliminar testigos porque todo aquello que caminara en ese momento fue hecho
polvo, la cosa no paró ahí, nuevamente comenzó a temblar un sonido vibratorio
como de cosas retumbando se comenzó a escuchar y entonces justo sobre el OVNI siniestrado
apareció otro, no supimos cuando tiempo llevaba allí, al parecer usaba una
especie de camuflaje óptico porque no lo percibimos, entonces alguna fuerza
invisible removió los restos del artefacto dañado y se elevaron juntos hasta
volverse un punto en el cielo para después desaparecer como estrellas fugaces.
Salí de mi escondite para correr
hasta el lugar solo para descubrir que en el lugar donde se supone que se había
estrellado el OVNI se encontraban una pipa de gas en llamas y un auto compacto
hecho añicos, había sido testigo de algo extraordinario y no tenía evidencias
de lo ocurrido, traté de conservar la calma, no había nadie alrededor, me quedé
en shock , atónito ante tal evento de otro mundo, cuando reaccioné un
rescatista me tomaba por los hombro y me pedía recostarme en una camilla, después recuerdo el interior
de la ambulancia, un hospital, y después de eso horas y horas de terapia.
Hoy regreso al mismo lugar, bajo
el brazo traigo mis recortes de periódicos con el encabezado del periódico
notarojero por excelencia: PUTAZO EN EL CENTRO, me siento en un café cercano esperando a que “ellos”
regresen por algo que hayan olvidado, es la primera vez desde el suceso que vuelvo
a aquel lugar, las reparaciones no han terminado, entonces contemplo la calle,
de repente la angustia me invade, siento que el tiempo se detiene, todo luce
igual que aquel día, es como una fotografía, entonces una vibración familiar
confirma mi teoría, soy un cabo suelto, una luz me rodea, un cosquilleo, luego
dolor, oscuridad y…